jueves, 27 de mayo de 2010

Vulgar desconcentración

Había quedado instalado entre el segundo y el tercer molar. Siempre se atascaban ahí, pensó Matías. Con la punta de la lengua comenzó a hacer presión, aquella fibra de carne parecía más resistente de lo que había imaginado. Su jefe le hablaba y Jackeline, la gerenta, asentía todo lo que decía. Estaba rodeado y era imposible meterse el dedo en la boca para quitarlo con la uña. Pensó en ir al baño pero significaba demasiado esfuerzo. Era sólo un trozo de carne. Si empujo un poco más lo saco, resolvió. Le empezó a doler la punta de lengua, por lo que, cambió de entrada; el hueco que se abría desde el lado que daba a la mejilla quizá funcionaría. Fue inútil, no lo logró. Tomó agua e hizo una especie de buche flojo mirando hacía abajo, pero tampoco así pudo extraelo. Su jefe ahora les pedía una opinión sobre lo expuesto; comenzó a hablar, pero cada vez  que se detenía en una pausa, la lengua, insistente corría tras aquel pedazo que, a estas alturas, lo estaba enfermando. El mozo se acercó con la ensalada de fruta. Un momento de distención, consideró Matías. Ahora hablaba Jackeline, llevaba un ritmo armonioso y movía las manos con gestos delicados. Se acordó de un artículo que decía que la gente que mueve las manos al hablar tiene problemas para expresarse. Se preguntó si él movería mucho las manos al hablar; nunca se había fijado. Eso no le molestaba de la gente; le parecía una manera de acaparar más atención, sobre todo cuando lo hacían las mujeres. Dudó, ¿más atención en el discurso o en ella misma? Terminó la ensalada de fruta y la alejó hacia el centro de la mesa. Volvió tras el trocito; ya no estaba. De inmediato recordó, la manzana te limpia los dientes. Qué genia la manzana, pensó. 

3 comentarios:

  1. Qué geniaaaaaaaaaa.... la manzana...

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  2. Oh Turrin. Que placer, comer manzana o en mi caso mandarina, que siendo cítrico y no tanto fruta, de un modo u otro, limpia, pero no tanto, los dientes, más no del todo los molares, de un tinte poco más carnívoro que sus hermanos de adelante, herbívoros por definición; finalmente en medio quedan siempre los colmillos, nacidos para clavar, educados para cortar, deseosos de rasgar, tan poco usados como el lado izquierdo y/o derecho de algunos dirigentes políticos del cerebro.

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  3. Pitta querido, qué placer leerte hasta en comentarios!

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